sábado, 21 de septiembre de 2013

Las 3 frases que no puedo aceptar

Recientemente he escuchado dos frases que tan sólo al escucharlas me provocaron una especie de escalofrío, acompañado de una sensación muy incómoda, y una tercera más que usé yo misma por mucho tiempo y que ahora de permito escribirla como algo que ya no acepto más en mi vida. La primera frase la escuché de una reconocida persona, experta en el campo de la Inteligencia Emocional y en el Desarrollo de Talento, la frase que le escuché decir es: "para que una persona sea felíz en su trabajo, primero tiene que sentirse productivo y luego ser felíz" , desde mi punto de vista y después de todo lo que he estudiado sobre el comportamiento humano, sobre el funcionamiento del cerebro, y mi especialización en el campo de la memoria celular, esta frase está relacionada con el hacer primero que en el ser. Es decir, debe haber un motivo por el cual deba sentirme felíz, no se puede ser feliz así nomas, sino que debe haber algo que me provoque esa sensación de bienestar. De aqui puede desprenderse una auto-exigencia personal, un sentimiento que a pesar de todo lo que haga, nunca es suficiente o bien una necesidad de reconocimiento que se busca satisfacer a través de ser productivo, o incluso querer agradar a los demás para sentirse valioso. Los expertos que han escrito sobre el tema de la felicidad coinciden en que aquello que la produce es la apreciación de los pequeños detalles, la aceptación de lo que es, como es; el estar en contacto con la naturaleza, estar conectada con el mismo cuerpo y dejar la mente a un lado. La otra frase es : "Para tener éxito, hay que trabajar muy duro, porque nada es gratis". Esta se la escuché decir muchas veces a mi padre, una persona de origen muy humilde que por sí mismo salió adelante, fue un apoyo para su familia y llegó a ser un notario muy reconocido en mi ciudad. Me parece que el éxito llega cuando encuentras tu propósito, tienes claridad de lo que te gusta hacer y te dedicas en cuerpo y alma a lo que amas. Lo demás se da sólo, las personas llegan, las situaciones se presentan y el momento adecuado siempre está latente en tu vida, sólo hay que estar enfocado y tomar acción. Viví en carne propia el esforzarme y trabajar duro sin obtener "éxito" , porque lo que yo reconocía como tal era reconocimiento social y financiero, sin importar que lo que yo hiciera me gustara o no. Ahora sé que lo más importante es tener claridad y disfrutar lo que se hace, disfrutando el camino, la incertidumbre y el tomar riesgos. Por último, hay una frase que me repetí durante muchos años "Yo ya he vivido lo que he tenido que vivir, mi momento ya pasó" . Ahora comprendo que cada instante de vida es valioso y que si no me permito disfrutar mi vida, el tiempo que me quede en este mundo seré una muerta viviente. La forma en la que fui educada es que era egoísta atender mis necesidades, es más, nisiquiera sabía que tenía necesidades!!!, lo más importante era pensar en los demás y para ser aceptada, había que agradar a los demás. Durante muchos años tenía miedo a ser yo misma, tenía miedo a la crítica, al rechazo, así que el camino aprendido era que si hacía lo que hacían los demás, no sobresalir y seguir la corriente, estaría a salvo. Que gran alivio ahora poder escribir sobre lo que me gusta y lo que no me gusta, y lo más maravilloso es que seguramente habrán muchas personas como yo que tampoco estén de acuerdo con estas frases que aparentemente son tan simples, pero que llegan a definir tu forma de vida. ¿ No te parece?

domingo, 28 de abril de 2013

Escuchar es todo un Arte


Que gran dicha es poder tener el sentido del oído, poder escuchar lo que pasa a nuestro alrededor, escuchar    la naturaleza, como el mar, el aire, la lluvia, escuchar las voces de las personas que nos rodean, nuestros seres queridos, nuestros compañeros de trabajo, a nosotros mismos... atendiendo nuestras necesidades,  todo esto suena bien, no creen? pero realmente escuchar es todo  un arte, ya que la mayoría de las relaciones se rompen por no darnos el tiempo de escuchar lo que el otro necesita, incluso nuestro propio diálogo interno en muchas ocasiones es todo un bombardeo de pensamientos que lo único que provoca es confusión y un fuerte dolor de cabeza y una desconexión con el otro.

En una de las clases que he tomado, me compartieron este escrito, cuyo autor es José Carlos Bermejo, del libro "Humanizar la Salud", el cual cobra mucho sentido en cualquier tipo de relación y ahora quiero compartirlo contigo:


¡Escúchame!
Cuando te pido que me escuches
y tú empiezas a darme consejos,
no has hecho lo que te he pedido.
Cuando te pido que me escuches
y tú empiezas a decirme  por qué no tendría que sentirme así,
no respetas mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches
y tú sientes el deber de hacer algo para resolver mi problema,
no respondes a mis necesidades.
¡Escúchame!
Todo lo que te pido es que me escuches,
no que hables o que hagas.
Aconsejar es fácil, pero yo no soy un incapaz.
Quizás esté desanimado o en dificultad, pero no soy un inútil.
Cuando tú haces por mí lo que yo mismo podría hacer y no necesito,
no haces más que contribuir a mi inseguridad,.
Pero cuando aceptas simplemente,
que lo que siento me pertenece, aunque sea irracional,
entonces no tengo que intentar hacértelo entender, sino empezar a descubrir lo que hay dentro de mí.

Todo un arte, y para lograr esa maestría hay que practicar una y otra vez... hasta que se forme un hábito... vale la pena intentarlo, no les parece?

Hasta la próxima!!




domingo, 20 de enero de 2013

Los Escondites de los Miedos


A lo largo de nuestra vida, debido entre otras cosas, a experiencias, y a formas de ver esas experiencias nos dan un panorama de quienes somos, en relación con el mundo que nos rodea, es así que nos encontramos con diferentes tipos de miedos que nos paralizan y en lugar de avanzar, es como si nos congeláramos en ese momento, lo cual hace que se repitan una y otra vez , sintiendo como si hubiera ocurrido hace unos instantes, cuando realmente han pasado años y se continúa sintiendo lo mismo.

Uno de los más grandes miedos es el miedo a la muerte.

La idea más básica que tenemos sobre la vida es que todos nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos ... todo está bien aceptado en la mente, menos la parte de morir... es como si en el fondo hubiera un profundo deseo de ser eterno y no pasar por ese momento, y por supuesto una resistencia a que alguien cercano a uno mismo muera, ya que se convierte en una tragedia cuando esto pasa.

La tragedia surge en la mente de la persona que ha tenido una pérdida de un ser querido, el mayor gozo inicia para la persona que se ha ido.

Los buenos recuerdos, las palabras no dichas, las emociones no expresadas y la necesidad de tener a esa persona cerca, provocan un sentimiento de desamparo y soledad que llega a calar hasta los huesos, y puede durar años, incluso toda una vida.

Este miedo a quedarse solo, desprotegido o vulnerable es real en la mente de la persona, porque así lo cree y va de acuerdo con sus vivencias y formas de ver la vida.

También sirve como un escondite para no aceptar lo que se viene con la pérdida de esta persona, como responsabilidades, retos, tomar el control de ciertos asuntos, etc, con la bandera de "no puedo con esto" o   "esto es mucho para mi", se logra que otros protejan a la víctima haciendo su carga menos pesada.
Y no es que no haya dolor y que todo sea una actuación, el dolor es legítimo, la pérdida duele , la situación es que mientras no se haga el duelo y se sane esa pérdida, habrá mucho miedo para aceptar lo que es, perpetuando la tristeza , la depresión, el enojo, y demás sentimientos tóxicos.

El duelo implica básicamente aceptar que este ser querido ya no está y eso duele, si, no es fácil, pero al hacerlo poco a poco el dolor va disminuyendo hasta volver a recuperar la confianza y seguir con la vida misma, el problema es que ese dolor que no todo mundo quiere enfrentar, al no hacerlo, se queda ahí, almacenado en la memoria celular, y aunque pasen 20 años, al recordar este evento, se vuelve a repetir el drama de la no aceptación.

El dolor es real, el sufrimiento es creado por la mente... es real que duela la muerte o el desprendimiento de alguien, y eso lleva un tiempo... pero sufrir es una decisión mental que une ese evento con creencias limitantes que puede durar toda una vida.

Es un gran regalo haber tenido la oportunidad de conocer a esas personas que ahora ya no están, se extraña su calor, sus palabras, su energía  y es un gran honor dejarlas ir a continuar con su evolución, agradecer que un día las tuvimos y gozar de saber que donde estén es parte de su evolución.

Muchos han estudiado las experiencias de personas que mueren y regresan a este mundo despues de un accidente, de una  operación o una enfermedad y todas coinciden en que las descripciones que han hecho sobre ese mundo al que accesan, son experiencias asombrosas y maravillosas... si éste es el enfoque, el miedo a la muerte deja de cobrar fuerza y poco a poco se convierte en agradecimiento.


Debe esperarse la muerte que la naturaleza ordena.
Séneca




martes, 1 de enero de 2013

Transformando el Miedo en Armonía

El miedo es una de las respuestas emocionales más fuertes y con mayor influencia en la vida, y dependiendo de la situación puede protegernos de algo o bien puede destruir la confianza en uno mismo.

Es claro que el miedo es una respuesta instintiva ante una situación amenazante,  pero también se presenta cuando la amenaza no es real pero la persona cree que si lo es, generando estrés y angustia ante algo que no es tan caótico como parece, pero que no puede controlarse.

Para muchas personas el miedo es una barrera inquebrantable que impide tener un mejor trabajo, conocer a otras personas, buscar atención médica e incluso en casos severos, salir de casa por miedo a que un desastre ocurra.

El miedo es una de las principales causas de que las personas no logren sus sueños, aun y cuando constantemente se esfuercen por crear mejores circunstancias, se paralizan ante los obstáculos, o al haberlo intentado y haber fallado, esto hace que tomar riesgos sea algo imposible de lograr, ya que el miedo a lograr un resultado adverso es mayor que incluso intentarlo. El miedo al fracaso adquiere más peso que el deseo del éxito en un proyecto, paralizando cualquier acto inseguro.

El miedo al éxito también es muy común, haciendo que las personas se sientan saturadas con las actividades extra que implica caminar hacia la meta, y más que seguir avanzando, se la pasan quejando por ese esfuerzo adicional en el que no se ven los resultados de inmediato. Este miedo genera el auto-sabotaje, cuando uno mismo provoca que aparezcan obstáculos, aun y cuando en el fondo, la persona realmente quiera lograr mejores resultados.

De cualquier forma, el miedo tiene la facultad de paralizar a la mayoría de las personas, ya sea que las cosas a las que se le teme sean reales o imaginarias.

El miedo y el amor son emociones totalmente opuestas.

Por naturaleza, el miedo es represivo, restrictivo y limitante. El amor es expresivo, abundante y fluye libremente.
El miedo contrae, el amor expande; el miedo no permite ver posibilidades, al amor muestra nuevos caminos.

Las experiencias de vida se ven reflejadas en estos mismos aspectos, y en cada persona tiene un efecto diferente, aun y cuando hayan vivido la misma situación.

Cuando se vive desde el miedo, se percibe el estancamiento y la represión en todas partes. Las oportunidades son más pequeñas o más restrictivas, no hay mucho por donde avanzar.

Por otro lado, cuando se vive desde un enfoque de amor, todo alrededor es más placentero y las personas con las que te rodeas son generosas y las oportunidades pueden verse como parte de la vida diaria.

Todo esto se escucha muy bien, aparentemente sólo unas pocas personas pueden conseguir vivir libres de miedo, pero no es así, todos hemos nacido exactamente con las mismas oportunidades, la forma en la que cuando vamos creciendo interpretamos la realidad, con las creencias que adquirimos sobre lo que es la propia vida y el éxito personal se convierten en los obstáculos que nos impide ver más allá del miedo.

A nadie le gusta vivir constantemente estresado, ansioso, enojado, frustrado, culpando a todos y a todo lo que pase a su alrededor,  explorar en el interior , identificar qué es lo que nos hace sentir mal, a través de las emociones y la inteligencia corporal, es una forma de llegar al inconsciente por la puerta trasera y lograr desactivar esos bloqueos que llevan a vivir en el miedo constante.

¿Es difícil? No, pero implica compromiso con uno mismo y asumir riesgos, para lograr un cambio hay que tomar caminos diferentes y eso muchas veces paraliza todo.

Los 5 Pasos para lograr el Exito Personal son una forma simple, con herramientas prácticas que pueden aplicarse sin depender de otros.

Podrás encontrar más información en: http://programasparaejecutivos.weebly.com










sábado, 15 de diciembre de 2012

Mis deseos para Navidad

En esta época del año, es común hacer una reflexión sobre lo que fue el año que está por terminar y hacer una lista de deseos para iniciar el próximo.

Recuerdo cuando tenía 10 años y recibí la noticia de que el "niño Dios" no era real y los regalos que siempre recibía el 25 de diciembre en la mañana eran de mis padres. Fue como un balde de agua fría el reconocer que todas esas historias sobre cómo era la persona que dejaba los juguetes bajo el árbol, lo que hacía al llegar a mi casa, de donde venía, los lugares a donde iría después ... toda esa magia de pensamientos, de pronto se convirtió en las mentiras más absurdas que durante toda mi existencia me había creído.

Pasé del mundo de los niños crédulos al mundo de los adultos racionales y desconfiados... me sentí engañada y en automático comencé a dudar de todo lo bueno que tenía a mi alrededor.

Mis deseos de navidad se habían convertido en un mar de dudas y miedos y lo peor de todo es que los regalos que recibía ya no eran tan enormes como antes.

Todo ser humano tiene deseos, todos tenemos la capacidad de imaginar y crear situaciones  con nuestra mente, incluso en nuestro cuerpo se despiertan sensaciones ya sea placenteras o de angustia como efecto de las imagenes creadas en la mente.

"Si eres capaz de soñarlo, eres capaz de tenerlo" es una frase que he escuchado muchas veces y es verdad, lo que no es verdad es que debe estar en el momento que yo quiero, de la forma en que yo quiero y si no lo recibo, me causa conflicto , estrés,  frustración, angustia o depresión.

Realmente no es el problema lo que tenemos o no tenemos, sino lo que pensamos sobre el tener o no tener, las creencias que están detrás son las que causan el conflicto, no lo que nos pasa o nos deja de pasar.

El deseo es crear algo mentalmente, es transportarse a un futuro anhelado.

Desear es lo que los niños hacen tan fácilmente cuando cierran sus ojos mientras apagan las velitas de un pastel de cumpleaños, la gran diferencia es que un niño confía en que las cosas se darán, no lucha , no culpa a otros, ni siquiera habla de ello ... sólo confía y sigue celebrando cada instante de juego.

El mejor deseo que podemos tener es ver la magia en todo lo que pasa a nuestro alrededor, vivir cada día con lo mejor que tenemos al alcance y no esperar un año para reflexionar y otro para desear que sea mejor. ¿No te parece?